Mateo 5:44 Sin embargo, yo les digo: Continúen amando a sus enemigos y orando por los que los persiguen; 45 para que demuestren ser hijos de su Padre que está en los cielos, ya que él hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. 46 Porque si aman a los que los aman, ¿qué galardón tienen? ¿No hacen también la misma cosa los recaudadores de impuestos? 47 Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué cosa extraordinaria hacen? ¿No hace la misma cosa también la gente de las naciones? 48 Ustedes, en efecto, tienen que ser perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
El concepto que intento explicar es la parte que dice que Jehová hace salir su sol sobre inicuos y buenos y hace llover sobre justos e injustos. El derrocha su amor indistintamente porque su expresión es amor incondicional. El quiere que le queramos como El nos quiere, que veamos a otros como el nos ve, sin ver la acción de vuelta, amar porque tenemos esa cualidad dentro de nosotros dada por el. La manifestación de ello.
En este mundo me he encontrado a muchos hombres que no quieren ser amados por miedo a sufrir. Sienten un rechazo al amor sincero y lo expresan en toda su forma, pero lo saben identificar, a veces con indiferencia, otras con furia, muchas con lujuria. Imagina este mundo sin la luz que Jehová nos ofrece con su conocimiento. Hay que amar por encima de todo, bendecir a los que nos lastiman para que encuentren consuelo y dejen de lastimar a otros y así mismos. No hay nada más triste que tener una capacidad grandiosa como la de dar amor y no darle la utilidad que merece. Estamos para servir a un Dios poderoso, que privilegio si servimos y sabemos manifestar los dones de su creación. Y nos creo con todo el amor y nos dio a lo que más amaba, su hijo. Amor, amor y mucho más que amor.